viernes, 11 de enero de 2013

Una visión del futuro.


Rachel Botsman lo predice:
En un futuro cercano, el consumo no será individualista, sino colaborativo, porque en realidad no necesitamos los objetos, sino los servicios que nos prestan. 
Para saber cómo llegar a un lugar ya nadie se compra un mapa, ni un callejero; busca las indicaciones en un sitio como Google Maps, y punto. Para colgar un cuadro, tu lo que necesitas es el agujero en la pared; en realidad no quieres comprar una taladradora (que no vas a usar más de 15 minutos a lo largo de toda tu vida).

Del mismo modo, para ir a cierto lugar tampoco necesitas tener tu propio coche (y un carné de conducir, y un seguro, y gasolina, y pasar la ITV, y una plaza de aparcamiento…).
En realidad, solo necesitas un asiento libre en el coche de alguien que vaya para allá.

¡Convéncete! En la ciudad, cientos de conductores hacen cada día una ruta que coincide aproximadamente con la tuya, y dentro de muy poco tiempo uno de ellos pasará cerca de donde tú estás.

Podemos aprovecharnos de las ventajas que supondrá usar mejor nuestros coches, evitando el derroche de energía y los problemas que se provocan cuando cada coche transporta una sola persona.

Solo hace falta poner en marcha un sistema que (mediante una nueva “App” en los smart-phones) coordine nuestros viajes para utilizar las plazas libres de los vehículos, que podrán ser ofrecidas por sus conductores para compartir el coche durante el viaje, a cambio de dividir los gastos entre todos los ocupantes.




Comparte tu coche
Podrás ir a donde quieras, sin necesidad de tener tu propio coche.
No importan tus motivos: Si no tienes coche, si lo tienes en el taller, si hoy no te apetece conducir o planeas beber alcohol, si vas a un sitio donde resulta difícil aparcar o temes que haya problemas de tráfico... Seguro que hay alguien que está usando su vehículo para un trayecto parecido al tuyo, y que agradecerá compartirlo contigo, a cambio de repartiros los gastos del viaje.

Si te gustan los coches, te gusta conducir, te gusta la independencia que te proporciona tener tu propio coche en la puerta, o el coche es para ti un signo de distinción, ¡Pues genial! ¡Úsalo tanto como quieras!
¡Pero que sepas que ya no tendrás por qué pagar tú solo los gastos del coche !
Puedes colaborar con alguien que no tiene tu misma suerte y llevarlo mientras vas de camino a tu propio destino. Es bueno para ambos: Tú le llevas y él contribuye, pagándote la parte que le corresponde del importe del viaje.

Pero hay algo mejor: Este sistema te ayudará a llevar varios pasajeros en cada viaje, de modo que recuperarás buena parte de lo gastado, porque las personas que lleves, no solo te pagarán por el combustible que hayas usado, sino que también te ayudarán a pagar otros gastos, como el seguro, la amortización de lo que te costó el coche (o los plazos, si lo tienes financiado), etc.
Así, compartiendo las plazas libres en tus viajes, podrás ahorrar mucho; por ejemplo para cambiar tu coche por uno nuevo, o por uno mejor todavía que el que tienes ahora.

Y ¿sabes cual es la mayor ventaja? Que en cada viaje podrás hacer lo que quieras, porque tú eliges:
Si te apetece conducir, sacas tu coche. Que te apetece ahorrar en compañía, llevas a tus vecinos. Y cuando prefieras ir de pasajero, el mismo sistema buscará alguien que te lleve.

Tengo la visión de que a partir de ahora nos moveremos por la ciudad de un modo diferente: con el móvil.

¿Te animas a colaborar para que pongamos en marcha este nuevo sistema?

miércoles, 9 de enero de 2013

Ventajas de mejorar el transporte.


Si ocupamos las plazas libres de nuestros coches, y los llenamos todo lo posible en cada uno de sus desplazamientos, lograremos utilizarlos de un modo más eficiente.

Tenemos dos tipos de motivos para mejorar el rendimiento del transporte:  egoístas y altruistas.



Motivos egoístas:



Los que compartamos los vehículos, nos beneficiaremos de ventajas directas:



·        Ahorraremos en gastos de transporte,
Al dividir el coste del viaje entre las personas que compartan un mismo vehículo.

·        viajaremos más cómodamente,
Sólo el que pone el coche en ese viaje se ha de preocupar de conducir, del tráfico y de buscar aparcamiento.

·        y más rápidamente,
Al retirar algunos coches de la circulación, se eliminarán los atascos de tráfico y se reducirán los problemas para encontrar un sitio para aparcar ese menor número de vehículos que se desplacen.





Motivos altruistas:



También ayudaremos a paliar algunos problemas de la sociedad en la que vivimos (beneficiando incluso a personas que no viajen en vehículos compartidos):



·        Reduciremos la contaminación del aire de las ciudades
El uso poco eficiente de los vehículos particulares es el mayor responsable de esta contaminación que (sobre todo cuando se dan
algunas condiciones meteorológicas) nuestras ciudades no son capaces de evitar .

·        Dejaremos algo de petróleo para nuestros nietos.
La automoción consume un 60% del petróleo. Un uso más racional de los coches alargará en el tiempo sus reservas.

·        Mejoraremos la economía de nuestro país.
Los que no  tenemos petróleo, lo tenemos que importar a un precio cada vez más alto. Reduciendo su consumo, los ingresos por las exportaciones del país serán mayores que los pagos por las importaciones. ¿No crees que esto nos podría ayudar a salir de la crisis?


¿Tienen sentido los atascos creados por vehículos con un sólo ocupante?




La mayoría de nuestros desplazamientos los hacemos diariamente, de ida y vuelta al trabajo, o al lugar de estudio. Además, casi todos se producen en las horas punta.
Si vas en coche, seguro que alguna vez has sufrido retenciones, o te has quedado atrapado en un atasco de tráfico. De hecho, según donde vivas o a donde te desplaces, es posible que te ocurra lo mismo casi todos los días.


Cuando estás atascado ¿te has fijado en cuántas personas viajan en los coches que hay parados a tu alrededor?
Si nunca lo has hecho ¿puedes adivinarlo?
Efectivamente: La mayoría de ellos llevan un solo ocupante (el conductor) y varias plazas libres, en las que podrían transportar a otras personas; pero no lo hacen por desconocimiento.

Comportándonos así, es normal que suframos embotellamientos de tráfico y problemas para encontrar un sitio donde aparcar.

Además, ¿Has echado la cuenta de cuánto dinero te supone mover tu coche? ¿Sabías que, si incluyes todos los gastos (combustible, amortización, seguro, impuestos, revisiones… ), apenas haces 4 Km. con cada euro que gastas?

Creo que nada de esto tiene sentido hoy en día, y menos con la crisis que tenemos encima.
En pleno siglo XXI, en la era de la Internet 2.0, de Facebook, Twitter y WhatsApp, es imperdonable que esto nos siga ocurriendo cada día, porque tenemos los medios técnicos para evitarlo:
·        Las redes de telefonía móvil nos mantienen comunicados en cualquier parte.
·        El GPS nos localiza, y los navegadores nos guían con precisión.
·        Cualquier smart-phone tiene más potencia de cálculo que los pc de hace unos años.

Solo nos falta encontrar el modo de organizarnos para compartir los vehículos y los gastos de transporte.

Así podremos ahorrar tiempo y gastos de viaje, y retirar de la circulación algunos de estos coches (estimo que al menos 1/3), que:
·        es innecesario que se desplacen cada día,
·        que actualmente provocan retenciones de tráfico y problemas de aparcamiento,
·        despilfarran combustible (una fuente de energía no renovable),
·        contaminan el aire que respiramos.



Al final, el mal uso que hacemos de nuestros coches, acaba empeorando nuestra calidad de vida, en vez de mejorarla.



Estoy seguro de que, entre todos los que nos movemos por las grandes ciudades, podemos hacer funcionar un sistema para que:
  •  La mayoría dejemos el coche en casa y, simplemente indicando con el móvil dónde queremos ir, que nos lleve el primer coche que pase a nuestro lado y que vaya en nuestra misma dirección.
  • Al mismo tiempo, que cuando otros vayamos de camino al trabajo en nuestro coche, el móvil nos señale las personas que quieren ir en nuestra misma dirección.
  • Y el sistema organice la recogida y la entrega de personas a lo largo de la ruta del vehículo, 
  • y reparta automáticamente los gastos del recorrido entre todos los que viajemos juntos.

¿Y tú?
¿Opinas que esto es un problema que se debería solucionar?
¿Crees que es buena idea?
¿Estarías dispuesto a usar este sistema?
¿Serías de los que llevan a otros, o de los que prefieren que los lleven?


Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, sigue en contacto. Te pediré que me ayudes a conseguirlo.
Verás cómo, entre todos, podemos hacerlo.

Cuando echo gasolina ¿a dónde va a parar mi dinero?


Un día, mientras pagaba el combustible que acababa de repostar en mi coche pensé: ¿A donde irá a parar mi dinero?

¿Quien fija el precio del combustible?

Lógicamente, supuse que una parte sería para pagar el sueldo del amable empleado de la gasolinera que me estaba cobrando (y que antes también me rellenaba el depósito de gasoil, pero esos eran otros tiempos). Luego me convencí de que para su sueldo iría una parte muy pequeña de lo que yo pagaba, y de que seguramente la empresa tendría uno o varios dueños que se quedarían con algo más.

Después recordé haber leído que aproximadamente la mitad del precio que pagamos por la gasolina son impuestos.
Así que, de cada dos euros que pago, uno va para la hacienda del reino de España; que debería destinarlo a tapar los baches de las carreteras. Pero en realidad, ese euro (junto a los de tantos otros conductores) bien pudiera ser para construir aeropuertos en los que nunca vaya a aterrizar un avión, o líneas de tren de alta velocidad con estaciones en las que se baja un solo pasajero al día, o para pagar los “servicios” de alguno de los miles de asesores que han sido "colocados a dedo" en puestos públicos por sus amiguetes del poder, o que acabe de vuelta en una bolsa de basura llena de billetes para algún político corrupto, o en un jugoso sueldo para algún exparlamentario o exministro que, no satisfecho con el sueldo vitalicio que le pagamos entre todos, se vea ahora en el consejo de administración de cierta empresa, como pago a los favores prestados mientras estaba en el cargo (digámoslo sin tapujos: en pago por la traición a sus votantes). ¡Solo de pensarlo, me empezó a entrar una "mala leche" …!

Además, me vino a la mente una imagen que vi en Internet: un Rolls Royce chapado en oro que se había mandado hacer un jeque árabe, y de sus yates, mansiones, concubinas, etc. Y me dije: “Este es el que se queda con el otro euro”.
Aunque luego caí en la cuenta de que no todo el petróleo viene de oriente, sino que otra parte viene de Rusia. Cuando me acordé de los multimillonarios y las mafias surgidas de la extinta Unión Soviética, no fue ningún alivio, la verdad.


Desde ese día, cada vez que veo (con dolor) como pasan mi tarjeta por la ranura del lector de la estación de servicio, no puedo evitar pensar que, en cuestión de segundos, mi dinero estará en la cuenta bancaria de alguno de esos. Y no lo puedo evitar... ¡se me revuelven las tripas!


Resulta que, si lo pensamos bien, todos los que repostamos en las gasolineras les acabamos pagando a ellos. Parte de lo que ganamos con nuestro trabajo es para ellos.
Al final, ¡Acabamos todos siendo esclavos de esta gentuza!


Pero, ¿Sabéis lo que os digo? Que parte de la culpa es nuestra, por empeñarnos en movernos cada uno con nuestro propio coche.
Alguna vez, estando parados en un atasco de tráfico ¿os habéis fijado en que casi todos los coches llevan solo al conductor, aunque vayamos todos en la misma dirección? Usando los coches de este modo, desperdiciamos el combustible y todos tenemos que pasar por la gasolinera una vez a la semana.
Parece chocante que, en pleno siglo XXI, a nadie se le haya ocurrido hacer un "facebook o un linkedin para conductores", que sirva para organizarnos en usar mejor nuestros coches, ocupando las plazas libres con otras personas, mientras vamos de camino a nuestro destino.

Alguien debería hacerlo y así, por lo menos, podríamos pasar por la gasolinera solamente una vez al mes.

¡Soy un conductor indignado, que busca un modo de librarnos de esta esclavitud!