¿Qué medio de transporte es mejor usar en la ciudad?
Comparando los medios tradicionales de transporte urbano con el coche compartido.
Analizaremos las características, ventajas e inconvenientes
de los distintos modos de moverse por la ciudad, desde varios puntos de vista y
en distintas circunstancias.
También compararemos los medios usados habitualmente
con una nueva alternativa: El “ridesharing” o viaje en coche compartido.
Veremos los siguientes medios:
·
Metro o tren de cercanías.
·
Autobús
·
Taxi
·
Coche particular
·
Coche compartido
Para compararlos, analizaremos varios aspectos del
transporte:
·
Coste
·
Rapidez (bajo dos situaciones: en hora normal y en hora
punta)
·
Problemas de aparcamiento
·
Necesidad de efectuar transbordos
·
Transporte de puerta a puerta
·
Comodidad
·
Intimidad
·
Impacto medioambiental.
Cada vez más gente vivimos en las ciudades.
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Crecimiento de población y desplazamiento a las ciudades.
La mayoría de la población tiende a concentrarse en
ciudades, que son cada vez más grandes y demandan soluciones a problemas
relacionados con sus necesidades de transporte, como el coste excesivo, el tiempo
empleado, las congestiones de tráfico en las calles, las dificultades para
aparcar los vehículos, la contaminación del aire y el consumo de energía.
Medios de transporte habituales.
En las grandes ciudades, son pocos los afortunados con
recorridos lo bastante cortos como para hacerlos a pié o en bicicleta. La moto
es una alternativa mejor para quienes se aventuran con ella frente al tráfico y
la meteorología. El resto, generalmente optamos por una de estas alternativas:
Metro/Cercanías.
Las grandes ciudades generalmente cuentan con varias
líneas de ferrocarril suburbano cuyos recorridos cubren la mayor parte del
casco urbano. Mediante ellas puede viajarse entre dos estaciones cualesquiera
de la red de metro pagando un único billete y pudiendo efectuar transbordos
entre líneas en caso necesario.
Para comunicar los barrios más alejados del centro y
las poblaciones del extrarradio, se suele disponer de otras líneas de
ferrocarril de cercanías, que generalmente tienen un trazado radial que no
discurre bajo tierra. Se suelen establecer unas tarifas por zonas, que aumentan
de precio con la distancia al centro de la ciudad.
Autobús.
Las líneas de autobús constituyen el medio de
transporte colectivo de superficie por excelencia. Para facilitar su recorrido,
sobre todo en los momentos de tráfico congestionado, se reserva un carril de
las principales calles de la ciudad para el autobús, aunque se suele permitir que
taxis y motocicletas también lo usen. Algunas ciudades han recuperado otros
medios de transporte público de superficie como el tranvía.
Taxi.
Se trata de un servicio público de alquiler de coche
con conductor, que se presta bajo licencia municipal. El taxi llevará al
pasajero al lugar exacto de destino que le indique, y este puede tomar un taxi libre
que encuentre circulando por la calle, uno que esté estacionado en una parada
de taxis, o bien hacer que uno le venga a buscar, ya sea llamándolo por
teléfono o mediante una aplicación de smartphone. El precio que cobra el
taxista por el servicio está regulado, dependiendo básicamente de la distancia
recorrida.
Coche de uso
particular.
Algunos ciudadanos se desplazan en su propio coche,
que tienen parado la mayoría del tiempo para su uso exclusivo. Además de
afrontar los gastos de adquirir y mantener el coche, tienen que conducir y
necesitan disponer de una plaza de aparcamiento, tanto en el punto de origen
como en el de destino de sus viajes.
Coche compartido.
Desde los tiempos del auto-stop se han aprovechado
las plazas vacantes de los vehículos particulares para transportar pasajeros que
eran recogidos a lo largo de la ruta del vehículo. Iniciativas recientes, como
Bla-bla-car, utilizan las tecnologías de comunicaciones e Internet para aprovechar
las plazas libres de los vehículos, aunque normalmente se basan en que el
conductor y varios pasajeros se pongan de acuerdo de antemano para realizar juntos
un viaje entre dos puntos comunes de origen y destino.
Existe el proyecto de crear un sistema similar mejorado
para el ámbito urbano. Funcionará gracias a una aplicación de smartphone que
permite a los pasajeros solicitar su viaje desde la calle y que señala al
conductor en tiempo real los pasajeros que va encontrando cercanos a su ruta a
lo largo del recorrido y que quieren ir en su misma dirección.
Ventajas e inconvenientes de los distintos
medios.
Coste
El metro y el tren tienen la mayor capacidad de
pasajeros y, por lo tanto, son los más económicos. El autobús es el que sigue
en precio. Además, los transportes públicos suelen estar subvencionados, por lo
que el precio del billete en realidad no cubre el total de los gastos de
transporte.
Los más caros son el automóvil de uso particular (unos
25 o 30 céntimos de €/Km.) y el taxi, en el que además hay que pagar el trabajo
del chofer.
Los viajeros que comparten coche obtienen un coste
similar al del autobús, gracias al aumento en el rendimiento del vehículo y a
repartirse los gastos entre ellos.
Rapidez en
hora normal.
Cuando el tráfico es fluido (fuera de las horas
punta) lo más rápido es un taxi, sobretodo teniendo en cuenta que (a diferencia
de metro y autobús) te deja en la misma puerta, y que tampoco pierdes tiempo en
buscar aparcamiento (como cuando vas en tu propio coche).
Rapidez y
disponibilidad en hora punta.
La mayoría de los desplazamientos se producen en dos
momentos de pico, uno a primera hora de la mañana y otro a última hora de la
tarde.
En esos momentos ocurren congestiones del tráfico
rodado en superficie, y el metro resulta ser lo más rápido; mientras que
utilizar el coche particular es lo menos aconsejable.
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Oferta y demanda de transporte urbano por horas
Precisamente, la excesiva utilización de un coche para
cada persona, parece ser la causante de los embotellamientos de tráfico.
Sin embargo, cuando cada coche lleva varios
pasajeros, se reduce el número de vehículos en circulación y se soluciona este
grave problema.
Además, a diferencia de la oferta constante que
representa el transporte público, el número de plazas libres disponibles para
llevar pasajeros en los vehículos particulares aumenta en las horas punta del
mismo modo que la demanda de las mismas. Se trata de un recurso ya existente y
actualmente infrautilizado.
Problemas de
aparcamiento
Los problemas para aparcar afectan sobre todo a los
que utilizan su vehículo particular, puesto que los taxis disponen de espacios
reservados para hacer sus paradas en espera de pasajeros. Hay estudios que
indican que el 30% de los coches de una gran ciudad (hasta un 45% en Brooklyn,
New York)
circula buscando una plaza de aparcamiento, lo que supone agravar los problemas
de circulación, de contaminación y de consumo innecesario de combustible.
El coche compartido por varios ocupantes supone un alivio
del problema, porque solo uno de ellos (el conductor) se tiene que preocupar de
encontrar en la calle un sitio para aparcar, o de tener una plaza de
aparcamiento en la zona a donde se dirige (generalmente alquilada).
Necesidad de
efectuar transbordos
Si viajamos en medios de transporte colectivo, como
el metro y el autobús, frecuentemente nos veremos obligados a cambiar de línea
durante nuestro recorrido; salvo que tengamos la suerte de que este coincida
con el de una de las líneas. Esta es una de las causas que alargan el tiempo empleado
en los viajes.
Transporte
de puerta a puerta
Los medios colectivos requieren en mayor o menor
medida ser complementados con ciertos desplazamientos a pié desde el punto de
origen de nuestro viaje hasta la parada más cercana; y normalmente también
desde la parada final a nuestro punto de destino.
A pesar el tiempo empleado en estos recorridos a pié,
hay quien dice que este ejercicio supone un hábito saludable.
Comodidad
Factores como no tener que bajar escaleras, depender
de horarios o soportar aglomeraciones de personas, conducen a señalar al taxi y
el coche particular como los más cómodos y convenientes.
Un sistema de coche compartido que asigne sobre la
marcha a cada pasajero el primer coche que pase en su misma dirección, logrará
niveles de comodidad semejantes.
Exclusividad
Disponer de un medio de transporte para su uso
particular puede ser valorado por algunos, ya sea por su deseo de intimidad o
como un símbolo de lujo o estatus social. En ese sentido, el coche particular
gana la partida al taxi (donde también va el taxista) y al coche compartido,
donde se ahorran gastos a costa de aprovechar las plazas vacantes del coche
para llevar a otras personas.
Impacto
medioambiental
Actualmente, gran número de coches circulan solo con
el conductor, y la infrautilización de su capacidad de transporte de personas
(quedan 3 o 4 plazas libres en la mayoría de los casos) causan problemas en
nuestro entorno:
Además de los embotellamientos de tráfico en hora
punta y de los excesivos gastos en transporte, se consume más combustible del
necesario.
Esto no solo causa escasez y carestía de esta fuente de energía no renovable, sino que también aumenta la contaminación del aire de nuestras ciudades.
Esto no solo causa escasez y carestía de esta fuente de energía no renovable, sino que también aumenta la contaminación del aire de nuestras ciudades.
El sueño de libertad de que cada persona disfrute de
un automóvil, resulta que acaba empeorando nuestra calidad de vida.
La mejor solución es fomentar una mejora en la
ocupación de los vehículos, mediante su uso compartido en los viajes,
reduciendo así el número de ellos que necesiten circular simultáneamente.
Conclusiones.
Tras analizar los medios de transporte bajo varias
perspectivas, aparece una nueva alternativa, el viaje en coche compartido, que
(sin destacar en ninguna de ellas) tiene la mejor relación calidad-precio,
resulta ser la que tiene menos inconvenientes y, por lo tanto, la que obtiene
la mejor calificación en promedio y como solución efectiva para mitigar los
problemas de transporte en las ciudades.
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Árbol de decisión ¿Cuál es el mejor modo de viajar por la ciudad?